Las enfermedades de transmisión alimentaria, también conocidas como «toxiinfecciones alimentarias», son aquellas que se producen por la ingestión de alimentos contaminados con agentes biológicos o sus toxinas. Estos procesos están causados por la ingestión de distintas formas vitales de bacterias, virus o parásitos.
Así, según explica la Asociación Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), la enfermedad puede estar causada por la ingestión de bacterias o virus vehiculados en el alimento (infección), o de toxinas producidas por aquéllas previamente formadas en el alimento (intoxicación), o por formas parasitarias en fases concretas de su ciclo evolutivo (infestación).
Ejemplos de infecciones serían la salmonelosis y la hepatitis A; de intoxicaciones por ingestión de toxina preformada, el botulismo y la gastroenteritis por enterotoxina estafilocócica y de las parasitosis, la triquinelosis y la anisakiasis.
¿Cómo podemos evitarlas?
- Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente. No se debe consumir leche sin tratamiento térmico (leche cruda). Las carnes, pescados y productos de repostería deben estar refrigerados o congelados.
- Cocinar correctamente los alimentos. La temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que alcance un mínimo de 70º C en el centro del producto.
- Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados. No dejar nunca los alimentos cocinados a temperatura ambiente.
- Un alimento cocinado, es un alimento higienizado. Los alimentos que no puedan ser consumidos inmediatamente o las sobras que se quieran guardar, deben mantenerse bajo la acción del calor, por encima de 60º C, o del frío, a 5º C como máximo.
- Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados. Un alimento cocinado puede volver a contaminarse por contacto con los alimentos crudos o con objetos que anteriormente hayan contactado un alimento crudo
- Asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina.
- Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía.
- Utilizar exclusivamente agua potable.
- No consumir alimentos perecederos que estén expuesto a temperatura ambiente. En bares, cafeterías, restaurantes, etc., todos los alimentos deben estar protegidos por vitrinas y conservados en condiciones sanitarias adecuadas.
Fuente: AECOSAN.