Durante el verano relajamos nuestros hábitos. Estamos más tiempo fuera de casa, en la playa o la piscina y la calma llega hasta a nuestra alimentación. El calor nos permite disfrutar de las terrazas y dedicamos menos tiempo a cocinar, lo que muchas veces se traduce en excesos calóricos y una dieta no tan saludable como deberíamos.
Pero la llegada del estío no tiene por qué acabar con los hábitos saludables que mantenemos a lo largo del año. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, nos propone diez claves para mantener unos hábitos sanos aprovechando además que entre los productos de temporada predominan las frutas y verduras.
Entre sus recomendaciones, resumidas en el gráfico, nos anima a mantener la dieta mediterránea, con la ingesta de alimentos poco procesados y favorecer el de alimentos frescos, realizar ejercicio suave o moderado, aumentar la hidratación a través de la ingesta de verduras y hortalizas (con gazpachos y sopas frías, por ejemplo), eliminar las bebidas calóricas y darse algún capricho de vez en cuando, como un rico helado.