La vuelta al cole supone volver a todos aquellos buenos hábitos que se han perdido durante los meses de verano, en los que los horarios tanto del sueño como de las comidas cambian, incluso la forma de comer.
Tras las vacaciones se inicia la cuesta arriba de la rutina y este cambio puede generar un obstáculo en los niños para afrontar el día de forma positiva. Por este motivo debemos de hacer mucho hincapié en la alimentación de nuestros hijos y en una buena higiene del sueño. Además debemos de introducir la actividad física de forma rutinaria, en ellos, siendo ésta mejor cuando se practica al aire libre.
En cuanto a su alimentación es conveniente seguir las siguientes pautas:
- Introducir en la alimentación los productos de temporada.
- 5 raciones entre frutas, verduras y hortalizas en las comidas. No hay que olvidarse del plátano que es un alimento estupendo para que se tome de vez en cuando en ellos.
- Verduras de hoja verde tanto en ensalada como en purés.
- Consumo de frutos secos (almendras, nueces, avellanas, pistachos) en su almuerzo o merienda.
- Hacer mucho hincapié en un correcto desayuno y almuerzo, haciendo que el niño se lleve lácteos, frutas y frutos secos.
- Evitar café y té y cualquier bebida estimulante que altere las horas de sueño.
- Intentar que el niño tenga una correcta hidratación.Recordar que la bollería industrial, las galletas, los zumos envasados y los cereales azucarados no le están aportando al niño ningún beneficio por lo que siempre deben de sustituirse por galletas o bizcochos caseros o pan con aceite o mermelada casera o zumos naturales recién exprimidos, que sí aportan beneficios en el niño.
- Evitar alimentos procesados, siempre que sea posible.
Todas estas pautas son de forma general, pero el niño puede tener su menú semanal, incluso cuando realiza las comidas en el comedor, de forma que sus cenas se complementen, por lo que su menú sería mucho más personalizado y nos aseguraríamos de que toma todo lo que necesita para garantizarnos una alimentación saludable.