Tras la fiebre de los alimentos ‘listos para comer’ surge un nuevo movimiento que busca huir de los productos ultraprocesados a favor de una alimentación saludable, similar a la de nuestras abuelas. Una dieta con alimentos frescos, de proximidad, cuyos beneficios para nuestro organismo –y también para nuestro bolsillo- son más que evidentes.
Este movimiento, que en inglés se denomina ‘realfooding’ y podríamos traducir como ‘comida real’, promueve una alimentación de calidad con ingredientes naturales como verduras, fruta, pescados y mariscos, legumbres, carnes o aceites vírgenes, y trata de alejarse de los alimentos industriales que encontramos en los supermercados y que favorecen dietas ricas en grasas. Me refiero con esto a patatas fritas, precocinados, carnes procesadas, zumos envasados o cereales refinados, productos atractivos a la vista y al paladar pero que sin embargo, son perjudiciales para nuestro organismo por la cantidad de grasas y calorías.
Dar a la alimentación la importancia que se merece repercute no sólo en nuestro organismo sino que influye en otros aspectos esenciales, como una mente sana y equilibrada y mayor autoestima.
Busca esos ratos libres para descubrir el placer de hacer la compra y cocinar tus propios alimentos. Un hábito saludable que seguro te reportará muchas satisfacciones.