A poder ser, con nada.
Debemos acostumbrar a nuestro paladar a los sabores poco dulces para que nuestro cerebro no nos pida más azúcar de lo necesario.
Desde pequeños tomamos alimentos con una excesiva cantidad de azúcar, como son las galletas, el cacao, incluso esos primeros alimentos para niños que nos ofrece la industria alimentaria. Según pasan los años continuamos tomando todos esos productos azucarados que nos “encantan” ya que es lo que estamos acostumbrados a tomar: bollitos, galletas, lácteos azucarados, café con leche con azúcar, chocolates, zumos azucarados o zumos naturales a los que se les añade azúcar en casa…
Todo esto hace que ca medida que vamos creciendo y alguien nos dice: «¿podrías tomar un café con leche sin azúcar?» nos demos cuenta de que somos “adictos al azúcar” por lo que nos cuesta hacer este cambio. Pero este cambio de hábitos, es posible! Y EN MIS CONSULTAS TE PUEDO AYUDAR A REALIZARLO.
Se trata de hacer un esfuerzo e ir adaptando a nuestro paladar a tomar menos azúcares refinados para tener una alimentación más sana. Como es lógico, los primeros días cuesta, pero el paladar se irá adaptando y tu cerebro se empezará a encontrar más tranquilo y dejará de pedir tanto azúcar refinado, que otro lado, ni es necesario ni nos produce ningún beneficio en nuestra salud. Pasado un tiempo ese sabor tan dulce que antes te gustaba tanto y que tu cerebro no podía “pasar sin él”, ya no será tan agradable para ti.
¡Pruébalo!