La acrilamida es un compuesto potencialmente cancerígeno que se genera de forma natural en aquellos alimentos muy ricos en hidratos de carbono que son sometidos a altas temperaturas, a partir de 170ºC.
Por este motivo debemos de prestar atención en aquellos alimentos, como pueden ser el pan que tostamos por las mañanas en el tostador, las galletas caseras que horneamos o las patatas cuando las freímos, para evitar que se quemen. Es saludable hornear o freír un alimento pero no, hasta dorarlo demasiado o incluso llegar a quemarlo.
La acrilamida sucede en todos los alimentos, pero sobre todo en aquellos ricos en almidón presentan nivel más altos cuando se fríen y tuestan. Es por ello que os voy a dar algunos consejos para preparar ciertos alimentos cuando se están consumiendo de forma diaria para reducir la presencia de acrilamida y por tanto, disminuir su riesgo de consumo:
Patatas fritas
- Lavar las patatas antes de freírlas.
- Freír a baja temperatura, no más de 170ºC
- Evitar dorar demasiado.
Pan tostado
- Tostarlo durante menos de dos minutos
- Evitar quemar o dorar demasiado el pan.
Cualquier rebozado (san jacobos, empanadillas, croquetas…)
- No dorar demasiado el alimento.
- Freír a baja temperatura
- Limpiar el aceite de las migas sueltas que están quemadas, son acrilamida elevada a la máxima potencia